¿Es posible disfrutar de una gastronomía TOP al pie de una escondida cala? ¡Con creces, y hasta de coctelería y dj’s!
¿Estás ya con el mono de vacaciones, pero la oficina aún te reclama? ¡Pues tienes un minioasis playero a 20 minutos de Barcelona! Punta Roca se perfila como el chiringuito perfecto para desconectar del mundanal ruido y disfrutar del solecito y de una carta que va desde el fast food de calidad hasta las brasas de carnes, pescados, verduras y arroces, con el rumor de las olas de fondo.
¡Nos vamos para el chiringuito de Punta Roca!
Este precioso chiringuito decorado en madera está situado en una calita escondida al final de Port Ginesta, entre Castelldefels y Sitges, a apenas 20 minutos de Barcelona. Así que no tienes excusa para lamentarte. Aquí puedes sentirte de vacaciones aunque te falten semanas para coger las maletas de verdad.
Y es que en Punta Roca, antes o después de un baño, todo sabe mejor. Empezando por las deliciosas vieiras en su salsita de mantequilla tostada con huevas de salmón y eneldo, o una berenjena a la brasa con stracciatella de latte y salsa Hoisin, que alcanzan aquí la categoría de manjar de Aquaman si los degustas entre amigos (o a solas, ¿por qué no?) y con el Mediterráneo a los pies.
Pero esto es solo el aperitivo que anuncia lo que se viene a continuación. El carpaccio de ventresca es magistral, épico, mira que en Sindicato Hedonista hemos probado miles de recetas de atún, de almadraba sobre todo, y esta receta con vinagreta de pimienta rosa ya es nuestra favorita del verano.
Y qué decir del arroz seco a la llauna con gamba roja y calamares, una de las especialidades del grupo Tiburón, al punto perfecto de cocción y sabor. Una auténtica delicia marina.
Por las brasas pasan tanto verduras, como sardinas y pulpo y, por supuesto, carnes en formato hamburguesa, costilla de vaca, pluma ibérica o solomillo con foie.
No pedimos más porque no nos cabía, pero nos vimos obligadas a probar los postres, porque nos chivaron que era imprescindible la tarta de queso y ¡tenían razón! Tiene una textura densa y el punto justito de polvo de galleta, mientras que el coulant de chocolate intenso con helado de vainilla es tan cremoso que te hace olvidar que la vainilla es el sabor más aburrido del mundo.
Un vermú torero en un chiringuito como Deus manda
Nos gustó tanto el chiringuito Punta Roca que volvimos un sábado para comprobar que puedes hacer desde el brunch hasta las copas después de la cena, como todo vermú torero que se precie, de pe a pa. Así probamos cócteles exquisitos como su piña colada, ideal mientras bailoteas al ritmo del Dj Ketzal, que es un maestro conocido a nivel internacional por el nivelazo de sus sesiones en las sobremesas de los findes.
¿Quién te va a quitar a ti el gustito de bailar desde el atardecer con ese cuerpo lleno de salitre y la incomparable sensación de que el verano ya ha llegado? ¿Quién? Dímelo, que le pego.
Para comer, nos pedimos una ensaladilla con gamba roja y aguacate, un sabor suave que acompaña muy bien a sus sardinas a la brasa, maridadas con el blanco Alberc de la VT Menorca, suave y ligero. Merendamos unas alcachofas a la brasa con jamón que estaban tremendas…
Y cenamos un magnífico tomahawk que sale a una increíble relación calidad-cantidad-precio, solamente 67 euros el kilo, ¡y en esa parrilla sale al punto idílico! Con el Born Rosé garnacha eco de la DO Barcelona, acierto total.
Así que, como nosotras ya hemos gozado de dos bonitos días en Punta Roca, queremos que los demás seres independientes y sibaritas del Sindicato Hedonista también sintáis la llamada del chiringuito más chulo del trayecto entre Castelldefels y Sitges.
Toma nota del plan
Coge el bañador, las gafas de sol, úntate bien de protector solar y ve a Punta Roca cuando te apetezca darlo todo y, ante todo, ¡que te lo den!
Con la buena compañía de siempre, una mesa llena de exquisiteces, el soniquete de las olas y un cava chispeante, el éxito está más que garantizado.
Desde Sindicato Hedonista ya estamos contando las horas para la próxima escapadita a Punta Roca, porque nos queda pendiente probar los mejillones con leche de coco… Luego, nos echaremos una buena siesta en las tumbonas, ¡y solucionado!
¡Nos vemos en las calas!