- ¿Te han contado alguna vez que el tinto y el chocolate son pura armonía? Pues aquí te traemos el maridaje idóneo para estas Navidades, vino y panettone, entre otras ideas de platos para tus menús
El restaurante Atempo del grupo Abac de Jordi Cruz fue el escenario barcelonés donde pudimos comparar los vinos de diversas añadas de Bodegas Orben, de la DOC Rioja, en un menú degustación exquisitamente maridado que puede inspirarte para tus menús navideños (aunque imitar los platos de un Estrella Michelín quizá quede un poco lejos de tus habilidades, pero no lo estarán sus ingredientes).
Desde Bodegas Orben nos explicaban que su marca viene del latín Orben Orbis, es decir, círculo, comunidad. De ahí el logotipo que verás en todas sus botellas, porque representa el ciclo de la vida de la viña, que es imperfecto en cuanto que cada año la cosecha es diferente.
El Izadittone de mis amores
Para la familia riojana propietaria de Orben, Artevino Family Wineries, todo tiene su historia, desde su viñedo, que era muy diferente al de Bodegas Izadi, su hermana mayor, hasta el Izadittone que ha elaborado junto con Dario Loison, el Ferrari de los panettones.
Al orujo de hierbas de la propia bodega se suma la masa madre de 90 años de la mítica pastelería italiana, lo cual lo diferencia con muchas creces de todos los panettones comerciales.
Su ternura, que permite desmenuzar los trozos con solo estirar con la mano, su puntito licoroso y las pepitas de chocolate son un orgasmo navideño que ya el año pasado nos hizo salivar y ahora estamos intentando salvaguardar de las pirañas ansiosas hasta Navidad.
¿Y con qué vino combina fenomenal? Con el Malpuesto 2020, que acaba de salir y ya despunta por su fruta en boca, cuya crianza se planifica con el respeto de la madera para que no se apodere y predominen sus sabores silvestres. Vino y panettone, no lo olvides.
El menú degustación maridado
La línea de los blancos Chocolate surgió hace años de la experimentación e interpretación de una parcela multivarietal homónima con uvas autóctonas de La Rioja como viura y malvasía, tempranillo blanco o maturana blanca, entre muchas otras.
La idea del enólogo Roberto Vicente es que vayan pasando de una numeración a la siguiente según van apareciendo otros nuevos con distintos formatos, crianzas, mezcla de añadas y variedades, a fin de que sus ensamblajes demuestren año tras año el potencial de envejecimiento de los blancos de calidad de Rioja.
Chocolate N°2 sabe como un helado de vainilla con fruta madura y tropezones de piña, con matices a whisky derivados de la madera. 22€
Fantástico con Aguas de gazpacho a modo de Bloody Mary on the rocks y con la coca con tomates pasificados, sardina asada y consomé de verduras escalibadas a la brasa.
Acompaña también muy bien el crujiente macarrón de pan caramelizado, sofrito picante y crema de albahaca y la ostra rebozada a la andaluza con consomé de boletus y palo cortado, que recuerda a una ortiguilla.
Para saber cómo evolucionará, lo comparamos con Chocolate N°1, el blanco embotellado en febrero 2018 que necesita decantación para que salga el genio de la lámpara y empiece a mostrar el potencial de este vino con crianza.
Va fenomenal para untar la mantequilla noisette y el caviar en pan de pincel que es pura delicadeza, así como la canula de alga nori con salmón curado a la japonesa y soja en texturas, un bocado divertidísimo.
¿Tinto con pescado?
Pues claro. Siguiendo con las comparativas, probamos el Orben 2006, que fue una muy buena añada para este tempranillo con 12 meses de crianza, pura seriedad y complejidad embotellada de una minuciosa selección de microparcelas de viñedo viejo en Rioja Alavesa entre Villabuena y Laguardia.
Curiosamente, potenciaba mucho los sabores del carabinero a la sal en consomé de col lombarda, mejillones y jugo de sus corales al estragón. Tanto como el delicioso huevo de Gruyere, sopa de cebollas de Figueres concentradas y vainilla de Tahití.
Pudimos intuir que evolucionará a suave y elegante el Orben 2019, otra añada casi perfecta que surge de una mezcla de barricas, muy herbáceo y un poco alcohólico todavía en nariz, muy concentrado y con mucha lágrima, intenso y generoso.
Pega con la merluza al vapor de algas, calabacín a la brasa con su flor crujiente y romesco de sus propias pieles y con una exquisita parpatana de atún a la royal con ajos guisados y fermentados, crema de almendras y capuchina acompañada por su buñuelo de zanahorias al comino con ventresca de atún curada.
Malpuesto con postres
Para finalizar, catamos el Malpuesto 2014, que respeta la expresión del viñedo llamado igual porque, pese a su anarquía, es el mejor de la bodega por su rendimiento bajo pero de maduración lenta. Predomina la tempranillo con un porcentaje mínimo de viura dándole un equilibrio perfecto de acidez que se espera también en el mencionado Malpuesto 2020.
Pasan ambos muy bien con el pichón asado y el ravioli de sus carnes con salsa Suzette salada con setas confitadas.
Pero no te lo pierdas con los postres de Atempo, especialmente con los Petits en rodillo y el cremoso de chocolate con bizcocho de sésamo negro, berenjena asada y helado de maderas de bourbon con vainilla.
Para refrescar, espuma de yogur con sorbete de albahaca y menta, pepino osmotizado con lima y merengue de pimienta de Bataks y nube helada de mascarpone con helado de savoiardi, almendra al amaretto y crujiente de café.
Sobre todo, no te olvides de hacerte con el Izadittone, que me lo agradecerás todas las Navidades de tu vida.