Bodega Masos recupera la interrumpida tradición vinícola de esta zona, incluida, pero diferencial, dentro de la DO Alicante, e invita a una experiencia gastronómica maridada con sus vinos y aceites
Si estás por la zona de Benidorm o Alicante, no puedes dejar de acercarte a Bodega Masos, que, desde su atalaya en el Valle de Guadalest, consigue unos vinos de altitud muy diferenciales dentro de la zona vitivinícola de la DO Alicante. Y, además, se está preparando a nivel enoturístico con un alto nivel que parte de una fonda muy exitosa, Mas de Molí, referente de numerosos intelectuales alicantinos de principios de siglo XX, como el escritor Gabriel Miró, el compositor Oscar Esplá, el pintor Emilio Varela, el economista Germán Bernácer o el arquitecto Juan Vidal.
O sea, el enoturismo alimentado por la cultura y el arte, que, a día de hoy, se erige en forma de bella escultura del artista belga contemporáneo Arne Quinze, representando un homenaje a la naturaleza dentro de la arquitectura de la bodega.
Historia de un regreso a las raíces
La familia Vidal Balaguer, hace ya siete generaciones, tenía tierras de viñedos y olivos en la pequeña población de Benimantell (Alicante), que pertenece a la comarca de la Marina Baixa y a este valle sito entre las sierras de Aitana, Serrella y Xortá. De hecho, aparece inscrito el cultivo de vides y propiedad en el libro de repartimiento del Rey Jaime I de 1237. Pero, por culpa de la filoxera, José Balaguer tuvo que emigrar a buscarse la vida a la isla de Ellis, aunque consiguió reponerse económicamente y regresó a su pueblo con la idea de recuperar la riquísima tradición vitivinícola de esta privilegiada zona. Ha sido un trabajo largo y sinuoso que han continuado sus descendientes hasta llegar a los hermanos que la lanzan ahora al público con un gusto exquisito y con unos vinos sorprendentemente estupendos.
Estos, con la idea de regenerar la zona y estimularla económicamente para que se beneficien también los vecinos de los pueblos del valle, llevan desde 2019 plantando hectáreas en Mas de la Mona de variedades autóctonas (Monastrell y Garnacha Tintorera – Alicante Bouschet), así como otras foráneas (Cabernet Sauvignon, Syrah, Petit Verdot y Chardonnay), además de Viognier y Tempranillo como experimentales.
Las hectáreas van aumentando en Mas de Ondara, finca donde está la bodega, que conserva una masía de más de 800 años de antigüedad, con capilla propia y con una sala de elaboración del vino, un lagar (cup) y una prensa tradicional que se ha respetado al máximo. También se ha reacondicionado la sala de barricas para el envejecimiento del vino y se ha incorporado un elegante espacio de catas diseñado por la interiorista Alejandra Pombo, donde seguro que no te importaría celebrar tu boda o cualquier otra ocasión especial.
Visitas enoturísticas y gastronómicas
Puedes comprobarlo por ti misma/o en las visitas programadas de miércoles a domingo con dos pases diarios, catando los fantásticos vinos elaborados, con todo el respeto al viñedo y la mínima intervención posible por el enólogo bordelés Antoine Medeville, lo cual explica su toque afrancesado y fino.
En la visita, probarás, asimismo, los aceites premium de la finca, ya que, afortunadamente, los olivos no sufrieron la filoxera y los hermanos Vidal Balaguer los han replantado por toda su extensión para que sigan dando sus mejores frutos, entre otros, la aceituna alfafarenca, la reina de la comarca, que juega sola en el Oro de MASOS, y, pese al nombre, no le gana en potencia al coupage Oli del Clot, de esos aceites verdosos y densos que nos encanta untar a los buenos sibaritas.
Para catarlos bien, lo mejor es que te quedes a comer, porque, durante el mes de agosto, habrá una opción de menú gastronómico de alto copete con maridaje incluido, creado por el chef Enrique Martínez, que viene de foguearse en templos con Estrella como El Bulli, Arzak o Casa Pepa. ¿Se te hace la boca agua? Pues ni te cuento con los aperitivos de crema fría de tomate y sandía, la coca a la calda con verdura y embutidos del Valle de Guadalest o el mar y montaña de langostino con morcilla picante de Guadalest y manzana confitada, un tipo de embutido que ni imaginabas que existía.
Gran protagonista es el delicado bacalao al Pil-Pil de Oro de Masos y, estando en Alicante, no podía faltar el arroz meloso de Blanquet «Gloria de Guadalest» con hierbas de la Sierra de Aitana. Lo bajas un poco con el cogollo de lechuga de la huerta de la bodega y cebolla tierna con aliño de su aceite, para hacerle hueco a la presa Ibérica a la plancha con salsa de chocolate Valor y vino Albor de Masos, acompañado de verduras del valle.
Para postre, nos alucinó su torrija de vino monastrell con helado de leche merengada, el secreto mejor guardado de este chef que va a dar mucho que hablar en estas visitas veraniegas y en el restaurante Ca Marieta. Y no te estreses por no poder beber los vinos del maridaje, porque puedes alojarte en el hotel de lujo Mas de la Mona.
Los vinos del maridaje
El primer vino que alumbró la bodega fue Albor de MASOS, un blend de Monastrell, Alicante Y Cabernet Sauvignon que envejece en barrica de roble francés durante 10 meses y redondea otros 12 meses en botella. De entrada intensa y carnosa, ofrece aromas a frutas negras silvestres, sotobosque, regaliz y matices balsámicos mediterráneos.
El más gastronómico, puro homenaje a la familia, es Vidal Balaguer, un tinto que reposa 18 meses en barrica de roble francés, más otros 15 en botella, para lograr una gran expresión. Ensamblaje del mosto de uvas Monastrell, Syrah, Petit Verdot y Alicante, presenta aromas a frutos negros en sazón, balsámicos, esencias de plantas aromáticas y un toque a chocolate negro. Amplio y generoso de entrada, es envolvente y elegante.
El amo y señor de la casa, para mí, es el Mas de la Mona blanco en barrica que hace un guiño a una de las fincas más queridas de la familia, donde crece, precisamente, su Chardonnay. De color amarillo con reflejos alimonados, muestra una entrada sedosa con mucho volumen y un aroma con notas tropicales y a fruta blanca con hueso.
Tampoco se queda atrás el refrescante rosado de color provenzal, Penya del Castellet, un 100 % Monastrell que toma su nombre de un viejo alije árabe de la zona. Se vinifica lentamente, para sublimar sus aromas florales y frescos y tienes que tener cuidado porque entra solo.
Te vengo a decir, querido/a hedonista, que si andas buscando un plan de desconexión, sabroso y con mucha clase para este verano en Alicante, apuntes en mayúsculas VISITA BODEGA MASOS en tu agenda. Porque es una experiencia enogastronómica y enoturística que aúna tradición, vanguardia y amor por el terruño alicantino. Mira, si no me crees, el vídeo de los hermanos, que llegan a emocionarte: