¿Sabes cuando coincides en gustos con una persona? Pues eso es lo que nos ha pasado con el criterio de elaboración de los vinos del enólogo de esta bodega con base en Navarra.
Hay bodegas que llevan más de un siglo de historia y que, justamente, mejoran cuando llegan expertos en enología y le dan un giro copernicano. Es el caso de Bodegas Marco Real, cuyos vinos llevo un lustro catando y, desde 2020, han ido evolucionando gracias al criterio del enólogo Kepa Sagastizábal.
Enoturismo en Olite
En un viaje enogastronómico al lindo e histórico Olite, donde no sé si destacan más la Torre del Chapitel, con su panorámica a los monumentos del pueblo, o la vinoteca de La Reyna de Copas, donde organizan rutas guiadas con una copa colgada del cuello para saborear tanto sus vinos como su cultura. Beatriz y Ginebra (la expresiva guía turística) son unas anfitrionas de lujo y grandes embajadoras de los vinos de la DO Navarra.
Y ojo, porque este veranito, la bodega Marco Real inaugura la nueva terraza junto al viñedo para poder disfrutar aún más de la experiencia enológica. Vinos y tapas a la hora del tardeo – de 18h a 21,30h – los viernes y sábados de julio y agosto para descorchar y degustar todos los vinos que ofrece la bodega a la que han añadido una selección de tapas, con vistas al viñedo y la ciudad de Olite.
Entre sus vinos, destacan sobremanera las tres líneas Homenaje, Marco Real y La Pared, que van in crescendo por calidad-precio, pero tienen en común el buen criterio y mejor gusto de su enólogo. El rosado de Homenaje, un clásico navarro de sangrado con mucha cereza en boca, nos acompaña con su sabrosa acidez a ver la fachada de la iglesia Santa María La Real, también Palacio de los Reyes de Navarra del s. XIV. Curiosamente, este conserva un claustro exterior y una colorida fachada protegida por un toldo extemporáneo pero beneficioso para la preservación arquitectónica.
La misma plaza de los Teobaldos, alberga el Parador de Olite, antiguo Palacio de los Teobaldos, desde donde parten la calle de la antigua Judería y la calle de la Tafurería, donde se podía apostar todo, TODO, hasta la casa, la mujer o las tierras, salvo una cosa: la ropa que el ludópata de turno llevara puesta, por aquello de que no volviera desnudo por la calle, perdiendo la compostura.
Rosados y blancos para todos los paladares
Siguiendo con los rosados, el Rosé Blush de Marco Real denota un perfil provenzal sutil, pero de esos que te hacen pedir más. Y, en cuanto a los vinos blancos, las Pequeñas Producciones de sauvignon blanc y de chardonnay, ambos sobre lías, son buenas muestras de esa intención de conquistar a todos los paladares, pues están gustosamente equilibrados, pueden ser perfectos compañeros para copeo, picoteo o incluso para comidas familiares que se alargan y no quieres cargar con tintos contundentes.
Como pueden ser el cabernet sauvignon de Lazos 2019, que llama la atención porque no parece la típica piracínica sauvignon sino una cabernet franc, de tan golosa y afrutada. Es el perfil a seguir, que también transmite en su syrah de Marco Real muy a propósito.
Nada es casual en las decisiones de respeto al territorio y a la variedad en esta bodega de la familia Belasco, la cual también tiene vinos en otras denominaciones españolas y hasta en Mendoza, Argentina. Es más, borda un aceite de la varietal autóctona arróniz, que sabe fantástico con una simple rebanada de pan, aunque mejor si le pones encima un trozo de jugosa tortilla de patatas de La Fragua, el bar de la céntrica plaza Carlos III El Noble.
Por no hablar del vermú Goya, elaborado con moscatel para no tener que añadirle caramelos ni azúcares artificiales, maravillosamente equilibrado con sus botánicos amargos, marida fenomenal como postre con el queso curado de la granja “El Moro” de Figarol. ¿Un vermú como postre? Cuántas cosas buenas de la vida te estás perdiendo por no abrir las papilas gustativas más que la mente, miarma.
Otro día en la Sonsierra navarra
Con esos recuerdos en el estómago, nos vamos a descansar al hotel Alda Castillo de Olite, recién restaurado para mayor comodidad y aislamiento, pues cada habitación parece un miniapartamento con bañeras o duchas de hidromasaje y solo se escuchan los pajaritos al amanecer.
Partiendo de Olite, hacemos un recorrido por carretera hasta el triángulo de viñedos que cultiva Marco Real entre los pueblos de Torres del Río, Sansol y El Busto, en plena Sonsierra Navarra. Sí, lo sentimos muchísimo por La Rioja, pero la Sonsierra no es solo suya y, por el lado navarro, este territorio está declarado patrimonio natural por su biodiversidad, que incluye cepas viejas hasta de variedades autóctonas que se creían perdidas y han tenido que reconocer en el Consejo Regulador y se están volviendo a implantar. Pero ese es el futuro de la línea top que está aupando el equipo al límpido cielo de la marca Finca La Pared, dentro de sus parcelas de Las Leras, Espesuras, Valdeherros y La Pared.
Todos los vinos de embotellados entre 2023 y 2021 bajo la etiqueta de La Pared tienen una potencia sublimada con la sutileza que persiguen añada tras añada. Por eso mejoran, porque analizan, descartan, pulen y, el resultado, despunta.
Lo hace su chardonnay sobre lías con una maduración deliciosa en barrica, un blanco gastronómico que deseas tener en tu casa por cajas. Lo eleva con su syrah apimentada, especiada y seria, perfecta con quesos blancos de pasta. Lo sublima con el graciano 100%, un vinazo potente para sibaritas que armoniza sensacional con cecina, chorizo y jamón ibérico. Y lo remata con el Cuvée especial, un blend de lo mejorcito de cada parcela: syrah, graciano y cabernet sauvignon, una golosidad gozosamente perfumada en nariz que, con el bacalao ajoarriero con huevo escalfado del palaciego restaurante Tubal, en Tafalla, sabe espectacular.
Gastronomía de nivel en Tubal, Tafalla
También es verdad que todo lo que cocina Nicolás Ramírez Jiménez en su restaurante es maravilla para el cielo de la boca, desde su crema de espárragos con jamón y sus espárragos asados con ajetes y huevo, fantástico con el MR Flor de Chardonnay con siete meses en barrica, delicioso; o el patorrillo tradicional, a tope de casquería e ideal con el monovarietal de garnacha Colección Privada; pasando por su soufflé de chocolate con helado de maracuyá, hasta el buñuelo de aire que ya no te cabe, pero te entra mejor con un pacharán navarro Belasco o con una crema de whisky Bianca Villa.
Sobre todo, no te pierdas, en la visita obligada a Bodegas Marco Real, la sala de los aromas que preside este artículo, donde puedes aprender a identificar los descriptores olfativos de todos los vinos de la familia Belasco y de todos los que te tomes en tu vida.