- Entre una decoración y arquitectura que deja sin palabras a todo el que visita estos templos del saber, se hallan infinidad de libros que recogen siglos de historia internacional
Silencio… y muchos, muchos libros. Ya sean manuscritos, textos científicos o religiosos, obras literarias, diarios de viaje o novelas y poemas… Un sinfín de géneros descansan en las estanterías de algunas de las bibliotecas más bonitas del mundo según Civitatis, aunque te avisamos: hemos detectado muuuuchas más.
Su inmensidad, decoración y arquitectura son, junto a las obras que albergan, la huella de siglos de historia y cultura que merecían un lugar de honor en el que ser guardadas: así fue y así continúan. ¿Lo mejor de todo? ¡Que se pueden visitar hoy en día!
Entrando por las puertas de estas ocho bibliotecas repartidas por todo el mundo es posible imaginar un pasado histórico que tiene como protagonistas a las letras, mientras completas tu viaje con una visita que seguro será inolvidable. Si te gusta la cultura, puedes poner el broche de oro a este paseo por Vermú Torero leyendo este artículo sobre la obra de Juan Diego Botto.
Real Gabinete Portugués de Lectura en Río de Janeiro, Brasil
El Real Gabinete Portugués de Lectura es la huella de la literatura portuguesa en pleno centro de Rio de Janeiro. Todo comenzó en 1837, cuando un grupo de inmigrantes portugueses decidió promover la cultura en la entonces capital del Imperio de Brasil. 43 años después, el arquitecto Rafael da Silva e Castro comenzó a dar forma a una fachada que refleja las estatuas de escritores, militares, infantes y otras personalidades portuguesas.
Y si por fuera es impresionante, el interior deja sin palabras a oriundos y visitantes. En el Gran Salón de Lectura, más de 350.000 ejemplares ordenados por tonalidades se funden con escaleras, barandillas y estanterías de hierro y bronce al puro estilo neomanuelino, corriente portuguesa que reinaba en el siglo XIX y en la que se combina el gótico con el renacimiento italiano.
Iluminado por la luz natural de la claraboya de vidrio de la que cuelga una enorme lámpara que alumbra los días poco soleados, el Real Gabinete, inicialmente biblioteca privada, abre al público gratuitamente de 10:00 a 17:00 excepto sábados y domingos, aunque también se puede contratar visita guiada a una de las bibliotecas más bonitas del mundo.
Biblioteca Tianjin Binhai en Tianjin, China
Al entrar a la sala principal de la biblioteca, un balón de 21 metros de diámetro sirve, no solo como imponente decoración, sino también como auditorio. El blanco nuclear de toda la sala contrasta con el colorido de los libros que acogen sus estanterías, las cuales rellenan la altura total del edificio.
Eso sí, no todas ellas están repletas de libros aunque así lo parezca, y es que solamente los hay en las estanterías accesibles, mientras que en las demás se han colocado imágenes de estos para servir como ilusión óptica.
Los escalones hacen función de asientos y de lugar de lectura y de interacción en una biblioteca que puede albergar gasta 1,2 millones de ejemplares, aunque por ahora solo hay 200.00. Conocida como el Ojo de Binhai debido a que su vista desde el exterior simula un iris, en el edificio que la compone reina la luz natural gracias a la apertura circular de su techo y a los enormes ventanales de esta famosa biblioteca futurista.
Biblioteca de Ciencias de la Alta Lusacia en Görlitz, Alemania
Aunque la Sociedad de Ciencias de la Alta Lusacia que da nombre a la actual biblioteca se fundó en 1779, no fue hasta el 1 de enero de 1951 cuando sus fundadores, Karl Gottlob Anton y Adolf Traugott von Gersdorff, donaron sus colecciones para abrir la actual biblioteca pública.
En ella se pueden encontrar obras científicas, literarias, libros de física, meteorología, minería, diarios de viaje, trabajos sobre geografía, mapas, fotografías e incluso manuscritos del siglo XI.
Reservado su uso durante el siglo XIX a los miembros de la alta sociedad, ahora acoge a quien desee observar sus cinco arcos triunfales, que dividen la sala en diferentes partes inspirándose en el neoclasicismo temprano.
¿La clave? Carece de ornamentación para que nada distraiga el poder de la palabra en una biblioteca que otorga todo el protagonismo de la decoración a los más de 140.000 volúmenes que la habitan.
Biblioteca Klementinum en Praga, República Checa
El Klementinum es uno de los enclaves turísticos más importantes de la ciudad, un conjunto de edificios históricos que anteriormente eran sede universitaria hasta que se convirtió, en el siglo XVIII, en la Biblioteca Nacional de Praga, una de las bibliotecas más bonitas del mundo a la que únicamente se puede acceder con visita guiada en checo o inglés.
La parte positiva es que en ellos no solo disfrutarás de su biblioteca barroca, sino también de otros patios igual de impresionantes como la Capilla de los Espejos, cuyo órgano se dice que fue tocado por Mozart; el registro meteorológico de la Sala de Meridianos o la Torre Astronómica, un observatorio de 70 metros de altura con vistas al Castillo de Praga.
Pero, sin duda, la biblioteca del Klementinum es el lugar de ensueño para los amantes de los libros, pues atesora más de 20.000 ejemplares de hace varios siglos.
Iluminada con una luz diáfana, esta sala está repleta de libros sobre elegantes estanterías sujetadas por columnas espirales, todo bajo los frescos del techo realizados por Jan Hiebl y los globos terráqueos de diferentes tamaños.
Biblioteca George Peabody en Baltimore, Estados Unidos
Si existe una verdadera “catedral de libros”, esa es la Biblioteca George Peabody. ¿El motivo? Su historia, las reliquias que contiene y lo espectacular de su estructura e interiorismo. La colección de esta biblioteca data de 1857, cuando George Peabody dedicó el Instituto Peabody que la anidaba a los ciudadanos de Baltimore.
Inaugurada en 1878 y diseñada por el arquitecto Edmund G. Lind en colaboración con el primer rector de dicho instituto, destaca por sus cinco hileras de balcones de hierro fundido que alcanzan los 20 metros, acogiendo 300.000 volúmenes cuyos puntos fuertes son las obras religiosas, de arte británico, de arquitectura y topografía o de historia, entre otras.
Abajo, el suelo de mármol blanco contrasta con las columnas festoneadas en oro, los arcos superiores y el enorme tragaluz enrejado de vidrio que provee al edificio de una luz natural que ilumina siglos de historia recogida entre sus líneas.
La Abadía de Admont, en Austria
Entre la inmensidad del monasterio benedictino de La Abadía de Admont, se erige la joya de la corona, cuya arquitectura la ha convertido en la biblioteca monástica más grande del mundo.
Lo entenderás si tienes la oportunidad de visitar Admont desde primavera hasta principios de otoño, a dos horas y media en coche de Viena, porque donde las huellas de la Ilustración inundan un salón de 70 metros, tres compartimentos y siete cúpulas.
El mármol blanco, rojo y gris cubre el suelo y su sorprendente techo está repleto de siete frescos que Bartolomeo Altomonte realizó con ochenta años y representan símbolos religiosos, artísticos y científicos.
Lo mismo emulan los 70.000 libros distribuidos en estanterías blancas con tonos dorados, aunque en realidad 130.000 más se hallan en el monasterio.
Por no hablar de las puertas secretas que se reparten por la biblioteca imitando lomos de libros, las cuales tendrás que descubrir por ti mismo. Pero no dejes de visitar el resto del monasterio y, cómo no, su impresionante jardín.
Biblioteca del Trinity College en Dublín
Para llegar hasta ella en tu viaje a Dublín no tendrás que complicarte, pues se encuentra en pleno corazón de la capital irlandesa, en la Universidad Trinity College. Nada más y nada menos que tres millones de libros repartidos en ocho edificios la convierten en la más completa de esta lista.
Entre ellos, destaca el libro de Kells, un famoso texto en latín de origen incierto que relata cuatro evangelios escritos con una caligrafía muy ornamentada, realizada con coloridos pigmentos, y que es visible en el tour guiado.
Al igual que todo el campus, la Long Room de la Old Library es también de visita obligatoria, pues alberga 200.000 libros en una sala de 65 metros con dos plantas, aunque solo se puede acceder a la primera de ellas.
Podrás ver su techo de bóveda de cañón revestido de madera de roble, así como cuarenta bustos de mármol blanco que representan a filósofos, pensadores y poetas y miembros del Trinity College, como los de Aristóteles, Newton o Shakespeare, entre otros.
Las estanterías, ordenadas alfabéticamente, sostienen libros antiguos, y un arpa antiquísima es una de las muchas sorpresas que la convierten en una de las bibliotecas más bonitas del mundo.
Dujianguyan Zhongshuge en China
Dujianguyan es el nombre de la ciudad china en la que se encuentra este sorprendete paraíso para los amantes de los libros. Entre sus grandes columnas y estanterías en forma de C, se hacen hueco 80.000 libros, aunque parecen muchos más. Esa era, precisamente, la intención de sus creadores, el estudio X+Living: libros, solo libros, aunque no fueran reales. Y es que es, al igual que la mencionada de Taijin, una biblioteca basada en la ilusión óptica, pero esta vez, utilizado un juego de espejos.
Esta biblioteca infinita en vertical, totalmente diferente a las librerías tradicionales, se puede recorrer a través de las escaleras paseando entre la fluidez de las curvas de sus estanterías, su inmensidad y la inspiración de unos creadores que apostaron por formas que evocan la naturaleza.