¿Te vienes de expedición enogastronómica al restaurante Imprevisto de Barcelona? Pero Imprevisto, imprevisto, vamos, que no le han puesto el nombre por casualidad.
Querido hedonista, vamos a dejarnos sorprender a ciegas en Imprevisto, un restaurante de Barcelona donde la gracia radica en sus menús degustación: 7 o 10 pasos hacia lo desconocido, en plan Indiana Jones en busca del sabor perdido. Si bien hay que aclarar, al mediodía, tienen una carta corta para los que no se atreven a arriesgar demasiado (que espero que no sea el caso de nuestros suscriptores, por favor).
Y lo mejor es que no hay dos menús iguales, porque cambian en función de lo que haya fresco del día. ¿Que eres vegetariano, celiaco o solo comes cosas que empiecen por P? No problem, siempre te preguntan por adelantado para adaptártelo y, así, todos contentos.
Imprevisto es como jugar a la ruleta rusa y que te toquen siempre sabores a bocajarro. Solo hay que sentarse, confiar en el buen hacer de este equipo de cuatro jóvenes socios que llevan cantidad de años trabajando en perfecta sintonía y esperar a ver qué te plantan en el plato. Tranquilo/a, porque ya están incluidos en la Guía Michelín.
Emoción como en el Dragón Khan de Portaventura
Según empezamos a probar platillos, vemos claro que esto no va de experimentar por experimentar. Detrás de cada sorpresa hay mucha cabeza y mucha experiencia, con base en una cocina mediterránea de mercado, de esa que respeta el producto hasta el punto de preguntarle el nombre a cada tomate antes de trocearlo.
Pero tampoco van de puristas dejando el producto liso y laso. Desde la cocina hasta la sala, con Isabella como maitre a la cabeza visible, y Alberto, el sumiller, escogiendo vinos muy diferentes en una carta de calidad-cantidad-precio en su justa medida, desbordan creatividad y originalidad a raudales.
Los chefs, Luca Y Raffaele, cogen los ingredientes y los transforman en algo nuevo, diferente, asombroso. Como el entrante de pani puri con hummus y caballa marinada con el cava reserva 2022 de At Roca, combinación magistral para comenzar.
Y, desde luego, que si te ponen una ostra, no va a estar desnuda haciéndote un streaptease en su concha, sino en suquet de pescado de roca con picada catalana y huevas de truchas, explosión que nos has probado antes jamás y se casa por puro amor con el riesling seco Dönnhof de Trocken, Alemania.
La berenjena thai con jugo de zanahoria en escabeche, vino Porto, cebolla y guanciale crujiente es de una delicadeza genial con el refrescante godello La del Vivo, una rareza de Raúl Pérez que nadie diría que ha pasado por barrica… ¡ni que es una godello!
Más distintiva todavía es la corvina a baja temperatura con su pil pil y falso risotto de apionabo mantecado con crema de espinacas y Parmigiano Reggiano, ideal si no te gusta el pescado y eres vegetariano, porque sabe mucho más a verdura.
El tartar de solomillo de vaca con su jugo reducido infusionado con hierbas aromáticas, moras, piñones tostados, semillas de mostaza encurtidas y mayonesa de raifort ya está en el TOP de tartares más originales de España, mejor todavía si lo armonizas con el Bourgogne Côte D’or pinot noir, ¡pura fresa!
Y lo que más me chocó fue el magret de pato «Aylesbury» de bellota con mole, puré de boniato y naranja a la llama, curiosamente alimentado con bellota, que es ideal si no te gusta el pato y eres porklover, porque sabe mucho más a cerdo y, en magret, apenas tiene grasa. Un match total con el intenso Mas Mallola de Marco Abella, del Priorat.
Y de postre, el cremoso de gianduja con gel de fruta de la pasión, bizcocho de chocolate y crujiente de almendra te deja el sabor idílico para maridar con el moscatel de Alejandría malagueño de Arinyanas, naturalmente dulce sin ser empalagoso.
Total, que pasarte un mediodía o una noche por Imprevisto es como ir a un parque de atracciones gastronómico. No sabes lo que te va a tocar, pero sí que va a ser divertido, emocionante y, probablemente, te haga aplaudir como una niña pequeña. Y si no te gusta, prueba otro día, porque no van a dejar de innovar.
Otra posibilidad es el Menú Barcelona del restaurante Windsor, del que ya te hablamos en este artículo.