• Os llevo en bici a conocer la alta gastronomía de Formentera, sobre todo a cargo de chefs mujeres, y, de paso, nos vamos bañando en sus playas con bellos paisajes de fondo evitando el postureo.

Formentera es una isla esencialmente cara. Eso quiere decir que en la mayor parte de sus restaurantes, bares y chiringuitos no es barato comer bien. Y como lo vas a pagar igual, es conveniente que vayas con una preselección de los sitios donde saldrás con la sensación de que ha merecido la pena y la calidad compensa el dispendio. Curiosamente, quienes mejor lo hacen son más honestos con sus precios por puro respeto al cliente, y aquí te los voy a presentar. Si te interesa conocer buenos restaurantes en Formentera, continúa leyendo.

10 restaurantes en Formentera donde comer muy bien

Vamos a ir por orden en un recorrido en la isla, para que, si quieres, puedas ir también alojándote en distintos hoteles de cada localidad o área de sus 83,24 km² de superficie. Mi opción personal desde hace una década es el hostal-Bar del Centro, una casa de huéspedes sencilla y muy limpia que está en San Francisco Javier, la ‘capital’. Sale increíblemente económica y, desde ahí, puedes moverte en bici, en coche o en moto hacia todos los puntos cardinales.

Fandango, restaurante con vistas al mar en Formentera
Fandango Formentera.

Agenda para tu ruta gastro por los mejores restaurantes de Formentera:

1. Quimera2. Janis3. Fandango Formentera4. Casa Natalia5. BICHI Ínsula Beach6. Restaurante Es Caló7. Cafuné8. Casbah9. Real Playa y Sa Platgleta10. Sol Post.

1. Restaurante Quimera, con la chef Ana Jiménez

Una vez que has alquilado tu medio de transporte, puedes empezar viendo el atardecer mientras te tomas un cóctel en el Hostal la Savina, con las vistas del precioso estany des Peix como decorado, antes de pasar a cenar al restaurante Quimera. Allí reina la chef Ana Jiménez, que encontró la paz que no hallaba en Barcelona en la que se conoce como “la Isla de las Mujeres”, aparte de por un tema histórico porque saca de nosotras toda la feminidad a la par que la fortaleza para poder con todo.

Ana Jiménez es la chef del restaurante Quimera, que tiene estas vistas.

Y ella ha podido ir escalando desde la sala del extinto Can Dani hasta conseguir varios soles Repsol y una estrella Michelin con su cocina sabrosa y de raíces mediterráneas con influencias manchegas. Borda los encurtidos, pero las vieiras y el canelón de pollo de la receta de su madre te “van a volar la cabeza”. Y las cerezas en crudité y en vino harán las veces de guinda final.

2. Restaurante Janis

De La Savina nos vamos a Es Pujols, que está muy cerquita. Ahí puedes ver caer el sol en la terraza con piscina del hotel Five Flowers, que tiene una decoración espectacular, y cenar en Janis alguno de sus menús degustación, dejándote agasajar por la fantástica chef Sara Valls. Sara nos desvela que “a Formentera se le llamaba la isla de las mujeres porque los hombres tuvieron que emigrar a Latinoamérica y se quedaron aquí las mujeres luchando solas con sus hijos por salir adelante”. Como hacen las chefs ahora.

Atardecer desde la Infinity Pool del Hotel Five Flowers.

En su menú ’19 kilómetros’ te vas a comer la isla en 12 pases con un servicio de lujo que orquesta el maitre y sumiller Pedro Sousa. Para empezar, nada más que el pan brioche ya es un manjar, como la horchata de menjar blanco, un plato de la isla que se remonta al Medievo. Desde sus deliciosos aperitivos, pasando por su gazpacho versionado con caballa, manzana, pistacho de fresa y remolacha; los extraordinarios puerros a la brasa con beurre y trufa o la pluma con vitelo tonato y vieira; hasta postres como su Paseo por la Mola, un carpaccio de higo, helado de pino, granizado de higo, puré de menta y lima y cáscara de lima que te transporta a esa colina de la isla con todos los aromas del bosque.

📍No dejes de probar su coctelería de autor de Lucas Knibbs en The Sky Cocktail Club, mientras escuchas a los músicos en directo al anochecer.

3. Fandango Formentera

A mediodía, tienes que ir, sola o acompañada, a comer al Fandango Formentera. Pide la mesa más próxima al mar y olvídate de toda tu vida anterior. Es que se te quita todo el estrés de golpe con esas aguas turquesas bajándote la presión. Escoger en su carta es difícil entre el marisco fresco, con unas gambas de la isla que quitan el sentío; la parrilla o los arroces tipo caldoso con bogavante, de chuletón o rojo de carabineros, entre otros.

Yo opté por la especialidad de langosta con patatas, pimientos del padrón, huevos fritos y sobrasada y es una gran idea, pero eché de menos a todos mis ex, porque habríamos podido comer todos de la misma sartén. Disfruta de lo que escojas con los vinos de Vintae, que son de los mismos dueños y, por decirte dos nuevos y frescos, prueba “El Pacto blanco” con algo de barrica y el ancestral de “Le Naturel”, con su punto divertido de burbuja natural.

4. Casa Natalia

Seguimos por orden. Nos vamos a cenar a San Ferrán, donde Carles Abellá ha puesto su sede, con su esposa Natalia Juan, en Casa Natalia. Un lugar magnífico donde te va a sorprender que un chef estrella Michelin como él tenga una carta de vinos con cientos de referencias a unos precios superajustados y unos platillos de extraordinaria calidad con su sello que se los puede permitir cualquiera. Tienen hasta vinos de propiedad que diseña el chef directamente con algunas bodegas selectas y sólo los puedes probar en sus restaurantes.

Briecake de Casa Natalia.

Has de catar su champagne “Aubry primer cru” con la anchoa con mantequilla ahumada, su mítico bikini, así como la ostra Tsukiyi con ponzu, kizame, hueva de tobiko, y ostra ibérica a la brasa (no elijas, prueba las dos). Apuesta por el carpaccio de vaca rubia madurada, porque parece jamón, incluso tiene el toque de la salazón, pero vas a empezar a venerar a las vacas. Muy mediterránea la lectura del atún de almadraba con tomate seco y albahaca; y jamás debes perderte la raya con puré con alcaparras de Sicilia, de una intensidad elegante total. Para finalizar la briecake, tarta de brie, te va a volver tarumba.

5. BICHI Ínsula Beach

Y de ahí, carretera recta hasta el Camí dels Arenals, que aboca a la playa homónima, un espectáculo de paisaje, de arena y agua cristalina en la que sumergirte antes de subir a comer al chiringuito Ínsula Beach, donde han incorporado una barra del BĪCHI Ínsula Beach. Es uno de los dos pop-ups en Formentera de Juan Alfaro con el chef canario David González, que fue doce años jefe de cocina en Kabuki Wellington. La otra barra está en Ca na Joana, en San Francesc, una antigua casa payesa con un patio con buganvillas y piano en directo.

Sashimi de BICHI Ínsula Beach.

Yo, para almorzar, me pedí el combo de sushi y sashimi que suele ser para dos pero me lo hicieron para una y flipé con el pez mantequilla con trufa y los dos de vieira con sobrasada de marisco y con sobrasada con miel. Si te cabe, pídete el tartar de atún, que le dan un punto intenso y picante que lo diferencia de los demás. Su coctelería también es un placer, sobre todo si te toca concierto en directo con el azul infinito en el horizonte.

6. Restaurante Es Caló

Enfrente más o menos, pero al otro lado costero, un must es el puerto de Es Caló, donde hay varios hostales como Hostal Rafalet y Mar Blau y los apartamentos Es Caló. Pegados a estos últimos, que tienen piscina, gobierna en los fogones Toñi Ibáñez, que llegó a la isla con 15 años, empezó como pinche y se ha hecho a sí misma en la cocina hasta el punto de convertir el restaurante Es Caló en el top de los mejores restaurantes de Formentera e incluso el mejor de Baleares.

Date un baño en uno de los spas naturales frente a Es Caló.

El restaurante Es Caló es uno de los más reconocidos del mundo en cuestión de mariscos, pescados y arroces (¡la paella del señorito para uno tiene más bichitos que arroz!).

Aunque no puedes dejar de probar su tartar de atún, muy distinto a la mayoría porque, además de solomillo, lleva ventresca y quinoa; la tosta de sobrasada con queso y compota de higos; o su tarta de queso curado son muy top. Y el maitre, Santi Costa, tiene una de las cartas de vinos más increíbles de la isla.

Ya que estás en este extremo oriental, sube hasta La Mola, a poder ser un domingo para pillar el mercadillo hippy de los artesanos que viven en Formentera todo el año o acuden en temporada. Es posible ascender en bici si estás entrenada, de lo contrario, coge uno de los buses públicos y contempla las vistas de los 69 km de costas de Levante y de Poniente a vista de pájaro.

Playa de Es Mitjorn, con sus aguas turquesas y su ambientazo gastro.

7. Restaurante Cafuné, dirigido por María Ortiz

De bajada, vamos a parar a mitad de camino en Cafuné, uno de los mejores restaurantes de Formentera por su precio bien asequible, para ver la puesta de sol en este lugar habilitado por María Ortiz con su socio Renato Flores de Almeida y su cocinero Juanjo Marí a los fuegos, para conservar una filosofía bien apegada a los años en los que la isla no estaba atestada de locos tirando latas según van en moto por la carretera.

8. Restaurante Casbah, con la chef Marta Cacheiro

Para alojarte y/o cenar, el hotel Casbah se esconde en medio de un bosque de pinos y, cuando entras a su jardín, te evades del mundanal ruido y te abduce la cocina de Martina Cacheiro. Esta gallega en ocho años ha elevado su restaurante al top de la isla con delicatessen como la sabrosa croqueta de gamba roja con salsa kimchi, el delicado tartar de gambas rojas con pistacho ajoblanco y cabezas, y la suavérrima brandada de bacalao con mermelada de cebolla y piel crujiente del bacalao. Por no hablar de la explosiva vieira con crema de chirivía con cubitos de manzana, que tiene el mismo nivel que su ravioli de rabo de vaca con queso manchego, setas y trufa.

Una buena muestra del nivelazo que tiene esta cocinera que define su cocina como tradicional y femenina, por la apabullante sutileza con la que trata el producto autóctono. En sala, Rubén Sánchez Sánchez ha apostado por dar protagonismo a los vinos gallegos, que son más ligeros y distinguen su cava de las demás cartas de la isla.

9. Dos por uno en los mejores restaurantes de Formentera: Real Playa y Sa Platgleta

Casbah tiene una piscina estupenda y está a sólo 250 m de Es Migjorn, esa maravilla de playa larga donde la posidonia hace acto de presencia para limpiarlo todo. Allí, nos recomiendan Real Playa por su pescado fresco de calidad. Ahora bien, el preferido de mi familia desde hace más de una década entre los restaurantes en Formentera, porque para qué vas a pagar más cuando puedes pagar lo que es justo, es Sa Platgleta. Se trata de un chiringuito a la sombra de los pinos donde el chef, Toni Rivas, sí que sabe hacer feliz a una mujer que viaja sola, pues, a poco que pueda, te hace la paella para una persona.

Mi sueño eterno es el arroz negro con marisco, hasta patas de araña lleva, a ver dónde has visto tú eso por 24 euros. Y después, siempre te puedes tirar rodando hasta la arena de la playa a tomar el sol desnuda tras el chupito de licor de hierbas.

Vistas de la isla desde el hotel Five Flowers.

Y el servicio ya lo quisieran en Juan y Andrea, un lugar famoso en el Parque Natural de Ses Illetes por sus elevados precios. En general, en esa playa donde fondean los yates recién llegados de Ibiza, pagas por el postureo más que por comer bien.

Una pausa en Sant Francesc, el epicentro

La capital es pequeñita pero concentra mucha belleza, sobre todo en sus boutiques con el estilo balear que vas a querer lucir en sus múltiples bares. Como el Salvatge, que te gustará si te atraen los vinos naturales, pues tienen más de 100 ‘de vignerons salvajes’, tablas para compartir y platillos de productos autóctonos.

La vinoteca de Vins i mes en Sant Francesc.

Eso sí, si te gusta el buen vino, si eres un auténtico friki del vino, tu lugar en el mundo es Vins i mes. Ese ‘más’ se refiere a quesos y una exquisita selección de embutidos, conservas y hasta chocolates que sus propietarios, Valentín y Rosa, escogen en sus viajes por toda España. Sus estanterías de botellas de vinos de todos los estilos y bodegas independientes son una perdición para cualquier winelover, pues no hay ni una normal, ni uno comercial; verdaderas joyitas que te ponen por copas con amabilidad casi paternal. Gran lugar para conocer a gente interesante.

10. Restaurante Sol Post, con la pastelera Clara Campoamor

Ni que decir tiene que debes darte un baño en Cala Saona y ver la exposición de Pedro García Villegas en CS Art Gallery, que adorna temporalmente el Hotel Cala Saona & Spa, donde vas a alucinar con el menú degustación del restaurante gastronómico Sol Post.

Se te van a caer las lágrimas con el agua licuada del gazpacho, la ensalada elevada al cielo con su granizado de lechuga, la exquisita ventresca de atún, su ceviche de gambas, la lubina con tomate seco y ajoblanco o la melosa pluma ibérica, entre otros platazos. Se convertirá en uno de tus restaurantes en Formentera favoritos. Dentro de su joven equipo de chefs, que provienen de estrellas Michelin, encabezados por Joan Costa, con Mauro Rivas como jefe de cocina y los hermanos Armand y Arnau Vidal Martí, hablamos con Clara Campoamor (sí, es la nieta de la escritora). Una pastelera de lo más humilde que te permite comerte la isla a mordiscos dulces como su pino mediterráneo bañado en chocolate y su pesto de hinojo con panacotta de hinojo, de lo más refrescante.

Cala Saona desde el Sol Post.

Con esas maravillosas vistas, tienes también el chiringuito Sol, que está a cargo del mismo chef ejecutivo, así que el éxito está igualmente asegurado.

Las mejores bodegas de Formentera

Aunque ya te hablábamos, entre los vinos de Baleares, de algunos de Formentera, antes de seguir la carretera hacia el Es Cap de Barbaria, un cabo con su correspondiente faro idílico para contemplar la puesta de sol, está la bodega Cap de Barbaria, con unos vinos bendecidos por la crítica, como el blanco Hippy, que de hippy tiene solo el nombre; el tinto semicrianza Ophiusa y el crianza Cap de Barbaria, que deberías llevarte a casita para bebértelo con un chuletón.

A los ricos vinos de la bodega de Cap de Barbaria.

La otra bodega es Terramoll, que está en la carretera de la Mola (km 15,2). Te gustarán su vermú suave y su blanco Savina, ligero, perfecto para “chiringuitear”.

Y, para culminar tu estancia en la isla, estrena Asar, lo último de los propietarios de Caminito, una familia de procedencia argentina que cuenta con décadas de experiencia en la parrilla. De modo que te vas a comer unas carnes extraordinarias, pero también pescados, mariscos y hasta el aguacate, entre otras verduras, a la brasa. El chef Estefano Trigo, junto con su hermano Aldo como segundo de cocina, es otro de los jóvenes que están poniendo la isla en todo lo alto de la gastronomía intentando no abusar de los precios por el hecho de que muchos lo hagan y haya clientes que lo puedan pagar.

Carnes de primera en el restaurante Asar.

Tanto es así que, haciendo este reportaje, la conclusión es clara: en los restaurantes en Formentera sale más económico probar las artes culinarias de chefs que ofrecen mayor calidad y servicio que picar algo en los que son célebres por su famoseo o porque tienen mejor marketing.

Guía de Formentera

¿Cómo llegar a Formentera?

Lo habitual es volar a Ibiza y desde allí tomar un ferry en el puerto que en media hora te dejará en el puerto de la Savina de Formentera. Hay cuatro compañías de ferry (Balearia, Trasmapi, Aqua Bus y Mediterránea Pitiusa) con barcos que enlazan las islas con distintas frecuencias.

¿Cómo moverte por Formentera?

Si quieres alquilar una bicicleta, te recomiendo Rent a car San Fernando, justo al bajar del ferry en el puerto de la Savina, porque las tiene muy cuidadas, nuevas y a un precio justo en comparación con otras más caras. Las más baratas son las de Formotor, pero hay que tener cuidado con la bici que te puedan dar. Ten en cuenta que en Formentera necesitas una bici de marchas sí o sí, así como con buenos frenos.

¿Dónde obtener más información sobre Formentera?

Turismo de Formentera.

Fotografías cedidas por los restaurantes mencionados en este reportaje, publicado también en Etheria Magazine.

Dónde alojarte idílicamente

Situado en las proximidades de un bosque autóctono de pinos y sabinas, rodeado por campos de labranza y antiguos senderos enmarcados por muros de piedra centenarios que conducen al mar, Paraíso de los Pinos es un enclave de irregulares paredes encaladas e inconfundible estilo balear que integra dentro del paisaje un complejo de suites y villas con puertas y ventanas de madera pintadas de azul intenso, densos jardines de flores y un aroma a hierba silvestre que lo invade todo para darte paz y tranquilidad, la pureza de lo sosegado y la vuelta al descanso. Honestamente, yo todavía no he estado, pero me ha parecido una maravilla y te paso el dato por si te puede interesar!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Review Your Cart
0
Add Coupon Code
Subtotal
Total Installment Payments
Bundle Discount