- ¿Buscas un lugar tranquilo donde disfrutar de una velada en plenas Ramblas y solo encuentras bullicio? Te descubrimos la recóndita The Wolves Cave, una exquisita y original coctelería sita enfrente del Liceu.
La Rambla de Barcelona es su arteria principal y más popular, pero recorrerla a veces puede resultar agobiante y, sobre todo, sentarse en una de sus terrazas es algo que rechazamos muchos de los que habitamos en la capital catalana. Por eso me quedé fascinada cuando descubrí The Wolves Cave, en el primer piso del Hotel Ramblas Internacional.
Nada más subir el ascensor y acercarme a la puerta quedé completamente fascinada por el elegante y acogedor ambiente de este local de cómodos sofás, una decoración sofisticada y bien hilada para que sea como una cueva de lobos nocturnos.
Pero antes de adentrarte en la noche, puedes salir a su balconcito para observar el ir y venir de la Rambla desde su atalaya. Y, por supuesto, tomando un primer cóctel como Plaza Real, que es del estilo Bloody Mary, pero con los toques especiales del bartender Elía Felicetti.
Él y todo el equipo están siempre dispuestos a prepararte cualquiera de los 16 cócteles de su artística carta, asesorada por el prestigioso César Montilla de Dr. Stravinsky, que pertenece al grupo Paradiso. O incluso te versionan tus clásicos favoritos.
Una vez has disfrutado de ese espectáculo callejero, toca gozar de la programación diaria de música en directo a cambio del artista latinoamericano Julio César, mientras tomas, por ejemplo, el cóctel The Wolves Cave, que se sirve dentro de una reproducción de un lobo boquiabierto.
Los recipientes de los cócteles son de lo más fotografiable, en correspondencia con la propia carta, que representa (y hasta localiza a metros de distancia) los establecimientos más antiguos de La Rambla Antigua, gracias al pincel maestral de uno de sus artistas más veteranos, el argentino Fernando Dante Fortoul.
Hay cócteles para todos los gustos, desde Farmacia Nadal, la Fuente de Canaletas o el Café Zurich, pasando por Colón, Plaza Cataluña o el Port Vell, hasta la Casa Beethoven o La Boquería. Por cierto, Mare de Deu de Bettem es el único que no tiene alcohol, aunque el lobo también te lo versionan alcohol-free. Los ingredientes de los cócteles van a ir cambiando, como ocurre ya con Los Caminantes, que modifica sus ingredientes cada 15 días en honor a los distintos viajeros que recorren Las Ramblas. Pero los nombres se mantendrán para seguir homenajeando a negocios míticos como el goloso Museo Erótico o el de la Pastelería Escribá, creado con el propio Cristián Escribá.
Hay también cantidad de vinos, espumosos y destilados muy premium, no obstante, ya que estás en una coctelería de semejante calidad, aprovecha para probar los Kioskos de la Rambla Antigua, el Gran Teatre del Liceu o el Mosaico de Joan Miró.
Una gastronomía fantástica para una coctelería en Barcelona
Pero The Wolves Cave va mucho más allá de los cócteles. Cuenta también con una estupenda oferta gastronómica para maridar tus bebidas. Pongo la mano en el fuego y no me quemo si te digo que son intachables las ostras, los mejillones thai, el montadito de anchoa, la ensalada de burrata con tomate y pesto, el tartar de atún cortado a mano con aguacate y el milhojas de patatas bravas que está de premio del Concurso Internacional de Patatas Bravas. Y la tarta de queso y la torrija van perfectas con un cóctel seco como el de la Fuente de Canaletas, para contrastar.
El precioso local se va animando conforme avanza la noche al ritmo del DJ Enzo Lira y, atención a esto, puedes pedir algo de picoteo hasta las 3 de a madrugada, porque siempre tienen algo disponible en cocina para los más rezagados.
O sea, hazme caso o te arrepentirás cuando esté petado y te cueste meses conseguir la reserva de una mesa: te recomiendo encarecidamente que vayas a probar la magia de The Wolves Cave. Estoy segurísima de que te enamorarás tanto como yo de este rincón exclusivo en La Rambla, ideal para tomarte unos cócteles de autor, picotear algo rico o simplemente pasar una velada inolvidable charlando con los colegas.