Fusión marina entre Perú y las costas ibéricas en un espacio informal y divertido a dos pasos del Paseo de Gracia.

Por si todavía no lo sabes, Yakumanka, la cebichería de Gastón Acurio en Barcelona, es una oda a la cocina peruana de mar con productos autóctonos de nuestros mares. Una experiencia gastronómica que aúna sabor, abundancia y buen rollo a partes iguales, como siempre he visto en todos los restaurantes del chef peruano más reconocido.

El nombre «Yakumanka» significa «olla de agua» en quechua, y en las ollas de este restaurante se cocinan wokes, arroces, salteados como el de lomo o sorprendentes platos como ‘el aeropuerto’ marino, hecho con una receta chaufa que contiene un poco de todo. Hasta el aperitivo de maíz frito que viene con la salsita de rocoto casera entra con mucho gusto.

Cebiche Therapy o carta, como prefieras

La propuesta Cebiche Therapy de lunes a viernes es un menú cebichero con todas las de la ley por solo 29€: un aperitivo, un entrante que puede ser, por ejemplo, un maki bien cargadito de verduras, langostinos y salsa bien jugosa, más un principal en forma de cebiche o tiradito preparado al momento en su larga barra, donde reina la vitrina de pescados que puedes escoger al peso para hacer a la brasa o fritos.

Y es que el chef Tomás de la Paz no se anda con chiquitas a la hora de revisar los grandes clásicos peruanos: sus wantacos (wantanes hechos tacos) o sus anticuchos son famosos en Barcelona, y entendemos por qué al probar los wantanes rellenos de cerdo, langostino y pollo con su salsa agridulce de tamarindo.

Los protagonistas, los cebiches y tiraditos

Pero los grandes protagonistas de la carta son sin duda los cebiches y tiraditos, preparados como mandan los cánones de las cebichería limeñas. Imprescindible probar el tiradito de atún, con una leche de tigre cremosa de rocoto (picante, pero no endiabladamente) y una mayonesa ahumada con sarmiento que le aporta un punto adictivo. Las huevas de arenque lo coronan con su toque salado.

El cebiche especial combinado tampoco defrauda, con pescado del día, choclo peruano, camote y cancha servidos en una leche de tigre de ají amarillo para chuparse los dedos. Todo bien fresquito y con raciones contundentes, la marca de Gastón que ha mantenido desde que probé sus restaurantes en Lima y en Cuzco, así como en los de Buenos Aires, cualquiera que sea su marca.

Tardeo con cócteles y postres

La comida la maridamos con pisco sour, así que hay que hacer mención especial para la coctelería de Robert Rengifo, que reversiona el clásico peruano con combinaciones tan refrescantes como el Chilcano. Y, para la sobremesa o el tardeo diario de 16 a 20 horas, no faltan los postres para los más golosos, que quedarán más que satisfechos si comparten una sorprendente tarta de queso en forma de bola de helado bañada con maracuyá y una tarta gigante de chocolate con suave manjar de lúcuma esponjosa y cremosa como ella sola.

Yakumanka es una propuesta exquisitamente bien perpetrada, a la par que fiel al estilo desenfadado y popular que Gastón Acurio imprime a sus establecimientos, con el inconfundible sello de calidad de una carta que respeta el producto y sabe fusionar como nadie Perú con el país donde se instala. En Barcelona, con toda la esencia marina y criolla a dos pasos del Paseo de Gracia.

Como comentamos en el pódcast que grabamos in situ durante la comida con el periodista y viajero Edgar Costa, el chef peruano más mediático suma y sigue: con este ya son más de 70 los restaurantes que acumula en su haber por medio mundo, cada uno con su personalidad, pero con la misma pasión por dar a conocer lo mejor de la gastronomía peruana más allá de sus fronteras. O sea, no te hace falta ir a Lima a probar su Astrid & Gastón, que llegó a ubicarse en el puesto 14 en la lista de Los 50 Mejores Restaurantes del Mundo.

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