• Esta bodega del Penedés de 1790 pertenece a la familia Cusiné, cuyos hijos se enamoraron de dos mujeres que estudiaron enología para unirse a su filosofía de viticultura regenerativa

Parés Baltà es una tradicional bodega familiar del Penedès con viñedos de 1790, en la que, hoy por hoy, reinan dos enólogas que María Elena Jiménez y Marta Casas, curiosamente, son las esposas de Joan y Josep, los hijos que conforman esta tercera generación de viticultores.

Nada rara la colaboración, puesto que el abuelo fundador, Joan Cusiné Hill, ya contaba con la colaboración de su señora, Rosa Cusiné, para dejar el mejor legado a su hijo Joan Cusiné Cusiné, que, a su vez, sigue apoyando en la bodega junto a su mujer, María Àngels Carol. 

Ya desde antaño compartían el concepto de que ‘somos lo que comemos’, por eso siempre han insistido en tratar las tierras de la forma más natural, sin químicos, para que siente bien: ‘Vino es salud’ es el lema de Joan padre.

Y a sus descendientes les han transmitido esos valores familiares inquebrantables como el amor por la naturaleza, la honestidad, el esfuerzo y el coraje que ahora demuestran tanto sus hijos como sus nueras en cada vino y cada cava, a cuál mejor, no hay uno malo.

Dos historias de amor unidas por el vino

Al trabajo con uvas autóctonas, las dos enólogas, que se sacaron el título oficial después de enamorarse de los hermanos, han aportado su especialización en agricultura biodinámica, que considera los cultivos “como un organismo en el que las plantas, los animales y los seres humanos están integrados, formando un todo y ayudándose mutuamente a crecer más fuertes y más vitales”. 

Por eso tienen la cubierta vegetal como aliada de las viñas, así como los ritmos cósmicos, para respetar al máximo el terroir y las variedades, de forma que, una vez culminados sus distintos procesos de elaboración, con experimentaciones tan interesantes como las ánforas y las damajuanas, sigan siendo identificables. 

Visitar sus terruños en 4×4 es muy divertido e interesante porque ocupan gran parte del Parque Natural del Foix, desde el valle hasta las montañas más altas, donde podrás hacer una incursión incluso en una poza con su correspondiente cascadita. 

Pero lo mejor es ir pasando por sus terrazas milenarias, donde crecen algunas de las viñas más emblemáticas de Parés Baltà y, al llegar a la cima con vistas al mar, aprender a degollar una botella de cava con un sable (sin que corra la sangre). 

En cualquiera de sus packs de enoturismo, ofrecen una degustación de sus vinos, ya sea sola, gourmet o con maridajes de quesos o de chocolates. No te vayas sin catarlos, te van a sorprender porque encontrarás gamas muy variadas, inclusive de la DOC Priorat.

Tres gamas para todos los gustos

Nos encantan sus vinos singulares de las microvinificaciones limitadas de una única parcela (por ejemplo, Marta de Baltà), de viñedos viejos (Electio), de añadas excepcionales (Dominio Cusiné) o de métodos de vinificación muy especiales (Amphora Roja o Brisat, que es el más versátil de todos).

La gama R-Evolution incluye todos los vinos ecológicos de mínima intervención de agricultura biodinámica que han elaborado las dos enólogas hasta ahora: Cosmic 2020, 

Xarel·lo y Sauvignon Blanc; Indígena 2019 tinto, Indígena rosado 2019 e Indígena blanco 2020, ambos con Garnachas; Calcari 2020, Xarel·lo; Espígol 2021, Malvasia de Sitges y Mas Elena 2019, blend de Merlot, Cabernet Sauvignong y Cabernet Franc. 

Para todos los bolsillos, tienen la gama Origen, vinos ecológicos para diario, sin complicaciones, así como sus cavas de toda la vida. A los que se suman los MicroCuvée Blanca Cusiné, Rosa Cusiné y Cuvée de Carol, una locura de espumosos brut nature de larga crianza acogidos dentro de la DO Cava.