• No te esperabas tú que, más allá de la capital de las cañitas, hubiera viñas en cuatro zonas vitivinícolas que dan grandes vinos de la Denominación de Origen Vinos de Madrid, ¿verdad?

Madrid está que se sale desde la pandemia, abriendo un bar o restaurante por hora, pero una cosa que estaría mucho mejor es que los que ya existían se preocuparan por poner en su carta vinos de las cuatro subzonas de la Comunidad Autónoma que están acogidas bajo la Denominación de Origen Vinos de Madrid, reconocida oficialmente desde 1990, en vez de limitarse en Riojas, Riberas y Ruedas, que hay que tener poca idea de la riqueza de tu propia tierra.

Allí ya había viñedos mucho antes, de hecho, en la actualidad solo queda un tercio de los existentes hace 40 años, lo que viene a suponer unas 8.528 hectáreas de viñedo y más de 3.000 viticultores que abastecen a un mínimo de 50 bodegas. 

Todas ellas se distribuyen entre las siguientes áreas

  • San Martín de Valdeiglesias, la más occidental, que cuenta con 18 bodegas, donde, además de sus garnachas, se da el milagro de la variedad albillo real
  • Arganda del Rey, que es la subzona más extensa, al sureste de la Comunidad, con unas 28 bodegas que trabajan las variedades tinto fino y, en blanco, la malbar, que es una uva estupenda.
  • Navalcarnero, cuyas cinco bodegas se sitúan en el área central sur y cultivan garnacha tinta y malvar
  • El Molar, la última zona madrileña en incorporarse a la DO, en el norte, que cuenta con varios bodegueros en experimentación con la garnacha tinta y la malvar. Incluso moscatel, syrah, merlot y tempranillo se cultivan en Madrid.

Cada una de estas subzonas tiene unas características orográficas y climatológicas, según su localización dentro de la región, que marcan el carácter de sus vinos, como comprobarás si pruebas estos que hemos seleccionado para este reportaje.

Los blancos más sorprendentes 

Cantocuerdas Moscatel Seco es un vinazo muy peculiar que te impacta en el primer trago y luego mantiene el nivel con toques cítricos suaves y acariciantes, debidos a la permanencia de las lías, durante todo el proceso de crianza, durante ocho meses en barrica, sin batonnage. Esta maravilla de la bodega Bernabeleva tiene 13% Vol y cuesta 18 euros muy merecidos.

La Increíble Mhttps://www.mosquitamuertawines.com/mosquita-muerta/osquita Muerta Blanco 2019 es un 100% malvar de Arganda totalmente diferente, un proyecto del sumiller Luis Palma y su pareja, la diseñadora y gastrónoma Ana Hernández, que buscan transmitir de una manera divertida y sencilla las cualidades de una uva poco conocida incluso para los propios madrileños. Es un blanco ligero, fresco, alegre, amable y honesto. Gasta 12% Vol y vale 6 euros.

Baladí 2017 es un malvar 100% representativo de la Vinícola de Arganda, que tiene una crianza de seis meses de roble americano, la cual le otorga complejos matices en nariz. En el paladar es de cuerpo medio, con un paso por boca largo y amplio y un final cítrico que lo hace muy refrescante. Un gran vino relación calidad precio y ejemplo de que vinícolas y cooperativas no deberían ser sinónimo de vino de baja calidad. Tienen 12% Vol y cuesta 4,50 euros.

Las garnachas madrileñas

Initio 2013 es una garnacha redonda y muy representativa de San Martín de Valdeiglesias, entre cuyas bodegas destacamos Las Moradas de San Martín, por su exclusivo vino blanco de albillo real, que ya recomendamos en este reportaje; y por el arte de su enóloga Isabel Galindo, que ha elaborado esta delicia con gran capacidad de guarda en botella, gracias a esa crianza que lo afina y lo hace, a la par, tan fresco en boca, a pesar de sus 15% Vol. Cuesta 12,70 euros.

El Hombre Bala 2018 es ante todo, y sobre todo, un vino travieso y pícaro, ya que cuando lo sirves parecería un clarete, pero es un potente tinto de 14,5% Vol. Entra muy ligero pero claro, los grados los acarrea… Se trata de un vino de pueblo (en concreto, de la Sierra de Gredos, en el oeste madrileño) compuesto por un 98% garnacha de viñas viejas de 60 años y un 2% de cariñena con 40 años, 14 meses de crianza en barrica y seis en botella. Es alucinante cómo la colaboración entre Uvas Felices y Comando G ha conseguido simplificar tanto un vino con tanto trabajo detrás. Cuesta 16,90 euros.

Fuerza Bruta 2017 es un tinto que deja muy alto el pabellón de la zona de Navalcarnero porque los vignerons de A Pie de Tierra lo están haciendo muy bien, con mucha creatividad y técnica. Ahora bien, es una garnacha tintorera y seductora, porque a primera vista parece ligerito, por ese fresco retrogusto botánico, pero se viene arriba con su 15% Vol. (y ensalza increíblemente un queso de cabra curado). Lo puedes conseguir por 14,90 euros.

Otras variedades que se dan muy bien en Madrid

Viña Bardela 2019 es un tempranillo de la Venturada, en las fincas de La Caleriza y Los Rosales de El Nogal, que lleva cinco años consecutivos llevándose el Oro en los Premios Mezquita e incluso algún Baco de Oro. La bodega es la más antigua de la zona y este es un tinto afrutadísimo que te embarga las papilas y le va de cine a un magret de pato. A ciegas, dirías que tiene crianza, por lo suave que entra, quizá por ese escaso 13%Vol. ¡Y por sólo 4,40 euros!

El Regajal Selección Especial 2018 es una selección de tempranillo, cabernet sauvignon, syrah, merlot y petit verdot escogidas de una de las principales reservas de mariposas del mundo que está en Aranjuez, justamente en los viñedos de El Regajal, que sale en la foto de portada. Los 12 meses en barrica le confieren esa interesante amalgama de los distintos matices que aporta cada variedad. Y una verdad: no hay vino de esta bodega que no nos encante. 14,5% Vol y unos 15 euros.

Un comentario en «8 vinos de Madrid que deberían tener todos sus bares»

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